Desde que era muy pequeña jugaba a inventarme situaciones y realidades locas y divertidas. Mientras mis amigas me pedían jugar a las “mamás”, yo ya me había inventado un universo distópico en el que éramos todo tipo de seres, criaturas… o simplemente gente con una vida muy aventurera. Porque, como yo les decía: ¿Jugar a la “realidad”? Para eso no jugamos y ya. Ese espíritu es el que me ha llevado a ser actriz. Cuando actúo, apago por completo la vida real y puedo jugar a ser quien quiera, en el mundo que quiera.
Para mí, es una forma de vivir muchas vidas en una y esa es la aventura más loca de todas.